Bizcocho con arándanos rojos

Pica los arándanos rojos en trozos pequeños y resérvalos. Si son demasiado grandes, podría ser difícil cortar la masa después de congelarla.

Corta la mantequilla con sal en cubos y déjala ablandar.

Remueve hasta obtener una consistencia homogénea y resérvala.

Tamiza el azúcar glas. Es mejor tamizarlo ya que puede tener grumos. Mézclalo bien. Para una textura más quebradiza, remueve durante más tiempo hasta que la mantequilla esté esponjosa y clara.

Añade el huevo líquido y mezcla bien.

Tamiza la harina con bajo contenido de gluten. En este paso, deja de usar la batidora y usa una espátula. Presiona y dobla la mezcla para asegurarte de que no quede harina seca en el fondo.

Revuelve hasta que quede un poco de harina seca y luego añade los arándanos rojos.

Mezcla todo hasta obtener una masa homogénea, ¡y está listo!

Coloca la masa sobre papel film y prepárala para darle forma.

Como se muestra aquí, toma ambos extremos del papel film, presiona y da forma a la masa. Presiona los cuatro lados para asegurarte de que no quede harina seca y que no se pegue a las manos.

¡Tada! Aquí tienes la herramienta para darle forma. Forma una tira rectangular y congélala entre 30 y 60 minutos. Si la congelas demasiado, la masa será difícil y áspera al cortarla; si está muy blanda, se deformará.

Mientras tanto, limpia y lava los utensilios. ¡Corta la masa! Aproximadamente en rebanadas de 5–7 mm de grosor. Evita grosores irregulares para asegurar una cocción uniforme. Colócalas cuidadosamente en la bandeja de horno.

Hornea a 165 °C en la parte inferior y a 170 °C en la parte superior durante unos 18 minutos hasta que los bordes y la parte inferior estén dorados. Si prefieres galletas más crujientes, hornéalas 2 minutos más. Déjalas enfriar completamente sobre una rejilla y guárdalas en un recipiente hermético.